San José Obrero es venerado en la tradición católica como esposo de María y padre adoptivo de Jesucristo. Se le recuerda por su humildad, su dedicación al trabajo y su disposición a obedecer la voluntad de Dios.
A menudo se representa a San José como carpintero, lo que refleja su profesión y su duro trabajo para mantener a su familia. Su vida ejemplar y su papel de guardián de la Sagrada Familia hacen de él un ejemplo inspirador de fe, virtud y servicio.
La misa en su honor es un momento especial para que la comunidad se reúna, reflexione sobre su legado y pida su intercesión en sus propias vidas y trabajos.
¡San José Obrero, ruega por nosotros!
¡Vivan todos los trabajadores!
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